lunes, 8 de febrero de 2010

Mi vida sin ti

Desconozco qué empuja a un digno informático, o aspirante a serlo, a convertirse en un hacker. Tal vez su padre lo golpeara con el Spectrum +2 o tal vez odie esta sociedad consumista y alienante en la que vivimos y pretenda destruirla desde el confortable calorcito de su habitación mientras mamá prepara la cena. No sé que intención les guía pero sí sé que si una plaga bíblica cayera sobre ellos y, por ejemplo, hiciera que se les cayeran a todos los dientes y tuvieran que vivir el resto de sus días a base de purés y batidos no sólo no lo sentiría sino que me regodearía ante la visión de sus bocas desdentadas y sus ojos llorosos frente a un buen Entrecotte. Por cabrones.
Un mes llevo sin ordenador por culpa de un virus. Y, además, debe ser un virus de los de la pata del macho porque el Panda no lo detectaba y mucho menos lo destruía. Y mientras el angelito iba destrozándome el sistema operativo y todos los programas que requiriesen una conexión a internet para funcionar. Al final la solución ha sido drástica: formateo y a volver a empezar. Lo malo viene cuando te llama el informático, el bueno, el que se supone que los repara, y empieza con que si no sé que pasa que no me detecta la disquetera o vete tú a saber porqué no puedo configurarte los puertos USB. Yo por si acaso voy mirando catálogos porque me temo que mi viejo compañero ha entonado ya su canto del cisne y, si vuelve a casa, ya no volverá a ser el mismo.
Un mes llevo, decía, consultando el mail a través del móvil, corriendo a casa de mi hermano a enviar currículums si veo que hay alguna buena oferta en el infojobs, sin poder actualizar este blog, que sé que lo echáis de menos, y sin poder descargarme los entrenamientos del gps, y todo el mundo sabe que un entrenamiento no sirve de nada si no te lo bajas al ordenador para poder constatar que se ha hecho.
No sé qué me da mas miedo: el tiempo que estoy y voy a estar sin ordenador, con las incomodidades que eso acarrea, o la dependencia que siento que el bicho está logrando por mi parte. Reconozco que en mi situación (trabajador en paro, no parado, en búsqueda de reinserción en el mercado laboral aún a sabiendas que el trabajo no dignifica ni nada parecido) el ordenador me es muy útil. Puedo consultar ofertas de empleo, diseñar y enviar mis currículums y buscar formación que complemente la que ya tengo. Pero precisamente por estas facilidades que me da el ordenador hace casi cuatro meses que apenas salgo de casa. Es cierto que a ello contribuye el hecho de que con la climatología propia del invierno, con las niñas, es más complicado salir. Pero también es cierto que con las páginas de búsqueda de empleo, bastante ineficaces por cierto, y los cursos online no hay necesidad de moverse de casa para nada. Todo está a un click de distancia y siento haber sonado como un anuncio de Telefónica.
A este paso me voy a convertir en una especie de oso hormiguero en hibernación metido en mi cueva. Y puede que así me dé cuenta de que la sociedad está contra mí y que les mande a todos un buen virus. Si no fuera porque no tengo ni puta idea de cómo se hacen.

3 comentarios:

El Impenitente dijo...

Lo del descargarse los entrenamientos del gps me ha llegado al alma. Desde que comparto rodajes y entrenamientos con tíos que no hablan ni de fútbol ni de tías sino de métodos de depilación creo que ya me lo creo todo. Cuando ves tu entrenamiento en el ordenador, ¿qué conclusiones sacas? ¿No te metes más presión sabiendo que luego vas a analizar tu entrenamiento?

Yo a los hackers informáticos me los imagino como al Ignatius de "La conjura de los necios".

Creo que la mejor tortura para un tío es cortarle los tendones y dejarlo hecho un pelele toda su vida.

Y ya.

GARRATY dijo...

Evoluciona Impenitente. Piensa que si así, embrutecido como estás, bajas de las 3 horas a poco que te depiles, visites regularmente al fisio y analices tus entrenamientos descargados del gps bajas fijo a las 2 horas y media. Seguro.

El Impenitente dijo...

¿Y el placer que produce ganar con mis pelos en las piernas, sin haber visto desde años a un fisio, tomándo únicamente agua en las carreras y con un cronometro vulgar a los durvitaneros depilados?