miércoles, 16 de diciembre de 2009

Pensamientos inconexos

Una vez tuve una pesadilla con Uma Thurman. Salía del mar, desnuda, y me perseguía por toda la playa con aviesas intenciones. Así toda la noche. Todavía me dan escalofríos cuando lo recuerdo. Reconozco que no he podido volver a ver una película suya desde entonces. Afortunadamente Uma no ha vuelto a rodar una película que haya lamentado no ver.



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Creo fervientemente que existen dos clases de hombres en el mundo: aquellos en cuya casa manda su mujer y aquellos en cuya casa se creen que mandan ellos. Yo estoy en el primer grupo.



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Recientemente mi madre estuvo más cerca de ver realizada una fantasía erótica de lo que yo estaré jamás. Y no, las palabras madre y fantasía erótica no deberían coincidir nunca en una frase, ni siquiera en un párrafo. Se encontraba tumbada en el sofá de su casa, viendo la telenovela de mediodía, cuando dos fornidos bomberos llamaron a su ventana. El susto fue de órdago ya que mi madre vive en un sexto piso. Finalmente sólo iban a comprobar el estado de una piedras en la fachada. Debe ser como si yo viera aparecer por mi ventana a Keira Knightley y Scarlett Johansson. Creo que voy a ir a tumbarme al sofá, por si acaso.



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Hace poco que estoy en paro y aún no sé muy bien como funciona esto pero ¿es normal que en las fechas que estamos aún no me hayan dicho nada de la cena de Navidad? Supongo que conseguir restaurante para cuatro millones de personas debe ser difícil. Por cierto ¿mandan caja o jamón?. Lo siento, llevo haciendo el chascarrillo en las últimas comidas familiares y sólo me faltabais vosotros. Otro día cuento el origen.


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Hablando de Navidad. Sé que lo "in" es decir que estas fiestas son un coñazo, que Feliz Falsedad, que son un invento de El Corte Inglés, etc, etc... Pero yo me niego. Me encanta la Navidad. Desde siempre y para siempre y ahora, con niñas, más todavía. Me gusta montar el árbol, siempre el 8 de diciembre, mientras suena el mismo CD de villancicos de todos los años. Me gustan las luces en las calles, hasta las de los grandes almacenes. Me gustaba cenar con mis compañeros de trabajo aunque el resto del año discutiéramos. Por gustarme, me gusta hasta asistir a la misa del gallo el día de Nochebuena a oír cantar a mi mujer en el coro (esto último lo negaré rotundamente si lo comentáis por ahí). Sólo un pero: los reyes magos molan, Santa Claus es un gordo borracho importado.


jueves, 3 de diciembre de 2009

La fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar

Vosotros no sabéis lo dura que es la fama, Belén Esteban y yo sí. Vosotros no sabéis lo difícil que es saberte el centro de todas las miradas, Paquirrín y yo sí. Vosotros no sabéis lo agotador que es tardar una hora en recorrer un trayecto de 1000 metros porque todo el mundo se para a hablar contigo, Cristiano Ronaldo y yo sí.


Desde que nacieron mis hijas mellizas salir a la calle se ha convertido en una aventura. Un carro gemelar, aparte de ser incómodo de la ostia, ejerce un poder atrayente sobre todo aquel que se encuentre en un radio de 100 metros que ríete tú de la gravedad en Júpiter. De repente todo el mundo siente la imperiosa necesidad de acercarse a ver a tus hijas ¿por qué? Porque son dos. ¿Y qué más da que sean dos si en la misma plaza hay cientos de niños? Pues si, pero estas van juntas y eso, por lo visto, conmociona al personal.
Y ya no es solo que te paran, es que encima opinan. Y uno traga con que le digan lo guapas que son sus hijas, porque es verdad, pero que se compadezcan de ti porque es muy duro criar a dos a la vez pues toca un poco los ...
Otra cosa que he descubierto es que los mellizos o padres de mellizos tienen la imperiosa necesidad de ir anunciando su condición a la menor oportunidad. En cuanto ven el carro te paran y te sueltan eso de "yo también soy gemelo" o "yo también tengo dos". El otro día entré a una casa particular a comprar miel y la dueña hizo salir a sus hijos, gemelos por supuesto, para que los viera. Los pobres niños debían sentirse como una atracción de feria (¡ admiren a los increíbles niños gemelos y dentro de un rato la mujer barbuda!).
Otra costumbre cachonda es la de comentar que ahora se ven muchos gemelos, como si fuera una moda o una enfermedad. A ver si en lugar de por la gripe A la humanidad acaba extinguiéndose por una invasión de mellizos asesinos. Por cierto, ¿se apiadarían de sus padres?.
En fin que ahora comprendo a los famosos. Que la primera vez que te paran te hace gracia y firmas a gusto los autógrafos pero, con el tiempo, acabas harto y contratas a un guardaespaldas para que le parta la cara al primero que se cruce en tu camino. Que dura es la fama ¿verdad Jesulín?

domingo, 22 de noviembre de 2009

Amiguito, que Dios te bendiga

La cámara le enfoca en un plano medio. El, un hombre mayor, 70 años quizá, sentado en una butaca la mira de soslayo y comienza a hablar: "... Recuerdo ahora la conversación que tuve con mi nieto hace poco. Me preguntó: ¿Abuelo, fuiste un héroe en la guerra?. Y yo le contesté: no, pero serví en la compañía de los héroes ..." Esta última frase la pronuncia entrecortadamente debido a la emoción y en cuanto termina de hacerlo rompe a llorar en silencio. Cada vez que he visto esta escena, y han sido muchas, se me ha puesto un nudo en la garganta y la piel de gallina, y a poco que haya tenido el día emotivo he llorado como una niña.
Las imágenes pertenecen a la serie "Hermanos de Sangre" en la que al principio y al final de cada capítulo aparecen los verdaderos soldados en los que está basada contando sus experiencias e impresiones del combate. Sólo en el último capítulo aparecen sus nombres para que no se sepa con antelación quienes han sobrevivido a la guerra. Sin duda es una obra maestra del cine hecha para la televisión.
Hacía tiempo que quería hacerme con ella y hoy mi hermana, con la excusa de mi cumpleaños, me la ha regalado y estoy como unas castañuelas de contento.
Porque sí, ha sido mi cumpleaños. 34 para ser exactos. Mi primer cumpleaños como padre de familia, entre otras cosas. Así que me parece un buen motivo para reanudar esta andadura. Espero que dure.
Comentaba con El Impenitente una fría y lluviosa mañana de octubre los motivos de mi falta de actividad bloguera. Le decía que lo poco que escribía emitía un tufillo autoconmiserativo bastante lamentable y que no me apetecía publicar cosas así. Vale, la mañana no era fría y no llovía pero todo lo demás es cierto y me había quedado una imagen de lo mas bonita y literaria.
Parece que vuelvo a tener ganas de contar cositas así que, por aclamación popular, vuelvo al ruedo. Que Dios reparta suerte y va por ustedes.
Por último, y aprovechando mi cumpleaños, me permito recomendaros la mejor canción dedicada a estos eventos de la historia de la música. Me encantaría levantarme cada 18 de noviembre con esta música atronando la habitación. Me costaría un divorcio, pero sería una gozada.

viernes, 2 de octubre de 2009

Elvis ha abandonado el edificio

El titulo es un poco inexacto, ya que es una frase activa que debería ser pasiva, pero dudo que nadie pudiera hacer abandonar un edificio a Elvis contra su voluntad. A mi sí.
A mi me han enseñado la puerta de salida. De hecho ha sido la crónica de una muerte anunciada (ya se sabe: construcción, crisis, 2+2 ...) y creo haber comentado algo al respecto por estos lares. Si no lo he hecho más ha sido por miedo a que se convirtiera en el monotema del blog. Se veía venir, decía, y a pesar de eso, cuando llega el momento, te jode.
Por si, llegados a este punto, alguien no ha comprendido las metáforas lo dejare más claro: me han despedido.

Durante los últimos nueve años y medio he estado trabajando en la misma empresa. En este tiempo he conocido, trabando una sincera amistad en algunos casos, a gente de la práctica totalidad de la península. La mayoría de ellos hace tiempo que se fueron o, más bien, que les invitaron a irse.
Recordaré en este punto que la empresa contaba con cerca de 900 trabajadores en el año 2007 y en la actualidad apenas suma 200, y bajando.
Así, llegó a convertirse en tradición el enviar un mail de despedida a toda la empresa. Unas veces conocías al remitente, otras no. Más o menos todos venían a decir lo mismo: hasta aquí hemos llegado, mucha suerte en el camino, ha sido un placer, no me olvidéis porque yo no lo haré, llamadme si venís a Barcelona o Logroño o Coruña y nos tomamos unas cervezas o lo que surja. Al recibir el mail, en algunos casos, no costaba poner cara a la persona y recordar un curso de formación, con sus correspondientes cenas, o un millón de llamadas telefónicas plagadas de bromas.
Durante mucho tiempo he estado imaginando el momento en el que me iba a tocar a mi despedirme, últimamente sobretodo. Pensaba que debía escribir algo bonito porque para algunos esas lineas serían lo último que sabrían de mi en sus vidas. El cuerpo me ha pedido, otras veces, aprovechar el momento para lanzar una venganza dialéctica contra la dirección de la empresa por llevarnos a este punto, pero no hubiera sido elegante. Hay que saber llevar la derrota con dignidad, que se note la clase. Rick Blaine estaría orgulloso de mí.
El caso es que hoy me he sentado ante el teclado, dispuesto a despedirme, y me he sentido como el protagonista del famoso poema de Martin Niemöller (hasta ayer mismo se lo atribuía a Bertol Brecht) que comienza diciendo " Primero vinieron a por los comunistas y como yo no era comunista no hice nada...". Esa ha sido, sinceramente, mi sensación. Cuando he ido a despedirme me he dado cuenta que, a fuerza de eres, ya no me quedaba nadie conocido en la empresa. No había nadie de quien tuviera ganas de despedirme. Así que lo he dejado estar. Me he ido en silencio. Ahora me arrepiento.
Ninguno de mis antiguos compañeros lee este blog, ya que muy poca gente conoce de su existencia. Sin embargo, me gustaría ahora aprovechar este espacio para decir que durante mucho tiempo he disfrutado mucho trabajando con ellos. Que me costará olvidar todas las veces que he comido pulpo, acompañado de un buen Ribeiro, en la Plaza de María Pita. Que cuando, en otra empresa, hable con contabilidad o informática no podré evitar recordar las voces de otros que en su día respondían en esos departamentos. Y que sé que, para cuando quiera, tengo una casa en Barcelona, otra en Madrid y varias en Coruña igual que ellos tienen las puertas de la mía abiertas de par en par.
Como he dicho anteriormente no quiero que mi vida laboral se convierta en el monotema del blog pero hay algunas cosas que me gustaría recordar en voz alta y creo que lo haré en los próximos días. No me lo tengáis en cuenta.
Pd: Una buena noticia para terminar, esta semana he sido tío, y no me explayo más en el tema porque ese chaval merece una entrada para el sólo.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Obrerix




Estamos en el año 2009 después de Cristo. Todos los equipos de obra de la empresa M han sido despedidos tras dos ERES. ¿Todos? ¡no! En una pequeña obra de la Comunidad Valenciana un grupo de irreductibles resiste todavía y siempre al invasor. La empresa anuncia que no habrá un nuevo ERE. Habrá despidos individuales, muchos, pero individuales. Nuestros protagonistas sospechan que se encuentran en el punto de mira del malvado Jefedepersonalum.

Para entretenerse construyen una piscina que, después de hacer cerca de 400 viviendas al año, no debería causar ningún problema. Vamos, que deberían hacerla con la gorra. En un momento dado se llena la piscina para comprobar que no pierde agua. La piscina se vacía a un ritmo de 5 cm al día (6.650 litros de agua). Casi nada. Tras diez días de pérdida continuada los muchachos, estupefactos, se devanan los sesos en busca de la causa.

Conversación, prácticamente real, mantenida entre Jefedeobrix y Encargadodeobrix en presencia de Administrativix:

- ¿Has comprobado los skimmers?
- si
- ¿Y los impulsores?
- si
- ¿Y los huecos de los focos?
- Todo. Y, además, el nivel del agua está por debajo de esos puntos y sigue perdiendo.
- Serán los desagües. ¿Están bien embocados?
- Sí. El tubo sale por aquel lado y esta sellado. Lo he comprobado.
- ¿Y el otro tubo?
- ¿Que otro tubo?
- El del otro desagüe. Dos desagües, dos tubos.
-Ups

Y mientras la piscina seguía vaciándose por donde se vacían todas las piscinas del mundo, por el desagüe.

Joder, ¿como no queréis que vengan a despedirnos?

jueves, 10 de septiembre de 2009

Help!


Esta de hoy va a ser una entrada de utilidad, pero no pública sino privada. Como el título indica voy a pedir ayuda y quedaré eternamente agradecido y en deuda con aquel o aquellos que me la brinden. Que nadie se alarme que el tema no es grave.

Dentro de 13 meses, aproximadamente, espero encontrarme, junto al resto de mis compañeros de equipo, en Nueva York dispuestos a correr la mas mítica de las maratones que en el mundo se celebran. Hace años que venimos comentando la posibilidad de hacer este viaje y ahora, por fin, parece que va en serio. Nos vamos si o si. El último empujón, el que nos ha decidido, ha venido en forma de mala noticia, que pronto volverá a ser buena, y que El Impenitente explicó de manera magistral.

Así pues solo nos queda organizar el viaje de corredores y acompañantes y aquí es donde voy a solicitar ayuda. De todas las maneras que hay para garantizarse uno de los codiciados dorsales en esta prueba solo una nos sirve. Puede que alguno de los miembros del equipo tuvieran uno asegurado por marcas acreditadas, pero no todos. Yo seguro que no. Podríamos, también, intentarlo con el sorteo de plazas pero es imposible que nos toque a todos. Por todo esto la opción que nos queda es la de los touroperadores oficiales que organizan el viaje y te aseguran un dorsal.
He estado buceando en Internet, en foros y blogs, y la verdad es que no he encontrado apenas referencias a estas empresas aparte de las de sus propias webs y me gustaría, antes de decidirnos por una de ellas, poder conocer la experiencia de aquellos que las hayan utilizado con anterioridad. Si caéis aquí por casualidad en los próximos meses y tenéis algo que contar no dudéis en dejar un comentario o un enlace. Cualquier información sobre la ciudad también será bienvenida.
Pero como es difícil que nadie llegue aquí por casualidad, aunque el contador de visitas refleja mas de mil lo que indica que no va bien o que se preocupa porque mi ego no sufra, voy a tratar de introducir algunas palabras "clave" para que los buscadores me tengan en cuenta. Disculpad por un lado la frase chorra que viene a continuación y por otro el traeros hasta aquí si andáis también buscando información.

Los touroperadores autorizados para el Maratón de Nueva York 2010 (NYC Marathon) son Marathinez Tours, Sportravel, Fernando Pineda, Viajes Marsans y Viajes Iberia.

Gracias.

domingo, 6 de septiembre de 2009

En el punto de mira

Recordar cosas que sucedieron hace mas de veinte años me hace sentir mayor, muy mayor, pero hoy toca, así que allá voy.
Debía tener yo 11 ó 12 años cuando mi madre me envió a comprar el pan y leche un sábado por la mañana. Compré el pan y al salir de la panadería me di cuenta de que caminaba unos pasos por detrás de un gitanillo de bastante mala fama que había en mi pueblo. El "cochinón" le llamábamos. Decidí cambiar de ruta para llegar hasta la tienda donde compraba la leche y así creí despistarle. Grave error. A la salida de esta tienda me lo encontré esperándome. No sé si me había visto intentando despistarle o fue casualidad pero allí estaba.
Tras arrinconarme contra una pared me pidió amablemente 100 pesetas, se las dí, luego otras 100, también se las dí y se fue.
Pero esto no es de lo que yo quería hablar. Esto solo ha sido un prologo. Vamos con el tema.
En el pasado debate sobre el estado de la Nación el presidente Zapatero se sacó de la manga, a modo de golpe de efecto, el anunció de que para este curso escolar que empieza todos los niños de 5º de primaria tendrían un ordenador portátil con el que seguir las clases y que también utilizarían para hacer los deberes en casa.
Parece que no va a poder ser, al menos para el principio de curso, así que ya tenemos al ministro de turno inventando excusas y al portavoz del PP aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid para meterle caña al gobierno.
No me gusta meterme con el señor Zapatero. Me cae bien y pienso que, de todo el catalogo de políticos ineptos que tenemos a disposición en este jodido país, es el presidente de gobierno menos malo que podemos elegir. Es triste pero es así, en mi opinión. No me gusta meterme con él, decía, pero voy a hacerlo.
No estoy en contra de que se informaticen las aulas. Los tiempos cambian y hay que adaptarse aunque estoy seguro de que la mayoría de niños de 5º de primaria saben mas informática que yo y que el profesor que les manden. También estoy seguro de que el 75% de estos niños disponen en sus casas de un ordenador y de conexión a Internet. Para los que no lo tengan seguro que podemos inventar una ayuda para que lo compren, hoy en día hay ayudas para casi todo. Por otro lado echo en falta un plan serio de fomento de la lectura en esas edades pero no es ninguna de estas cosas la que más me preocupa.
A mi lo que me rechina de todo este asunto es el trajín de niños de 10 años con un ordenador portátil en la mochila. ¿Acaso no se dan cuenta de que anunciar a bombo y platillo el tema de los portátiles es como pintarles a estos niños una diana en la cara? ¿De verdad no han pensado en ello? Todos los raterillos de España van a estar acechando tras las esquinas, cual lobo de Caperucita, para hacerse con uno.
Ya es bastante duro crecer en algunos sitios como para que venga a echarte una mano el señor Zapatero.
O a lo mejor no. A lo mejor yo tengo un trauma de infancia que me ciega y que me hace exagerar. Eso espero.
Por último, cambiando de tema, y ya que me he metido hasta el cuello en el fango de la política lanzaré una pregunta al aire aún a riesgo de que pueda parecer malintencionada o sectaria: ¿Como hacen el señor Esteban González Pons y Mª Dolores de Cospedal para que no se les caiga la cara de vergüenza cada vez que hablan de la clase media y las ayudas a los parados?

jueves, 3 de septiembre de 2009

¿Partirás?

Hubo una época, a principios de los ochenta, en la que "El dúo dinámico" se convertía por unos días en trío. Solía ser, mas o menos, por estas fechas, finales de agosto, principios de septiembre. El verano acababa, ya había caído alguna de las primeras tormentas que anuncian la inminente llegada del otoño y, por si no bastara con eso, Chanquete había muerto días atrás. El fenómeno coincidía, normalmente, con el día que dedicaban mi madre y mi abuela a limpiar el apartamento alquilado en la playa. Mi abuelo, que se hacía cargo de nosotros, nos hacía rabiar con la inevitable vuelta al cole y, para darle algo mas de dramatismo al asunto, entonaba el famoso tema ad hoc ( El final del verano llegó, y tu partirás ....)
Tengo innumerables motivos para recordar a mi abuelo, fallecido hace ya diez años, pero estoy seguro que si, por alguna razón, lo olvidara todo al menos una vez al año, al final de agosto, me vendría su recuerdo a la cabeza, inevitablemente unido a esa melodía. Aún hoy no es raro ver a mi madre o mis hermanos, cuando llegan estas fechas, cantando por lo bajo con media sonrisa. Ha acabado siendo una especie de tradición familiar.

Así que, una vez mas, el verano acaba. Aún no ha caído ninguna gran tormenta pero Chanquete ha muerto, que yo lo he visto en un canal local. Este fin de semana dejamos definitivamente la playa y volvemos a casa, a la tranquila y agradable rutina del hogar. No ha sido, evidentemente, un verano como los de antes. Las vacaciones duran quince días y no dos meses, salvo que seas profesor (desde aquí un afectuoso e hipócrita saludo a todo el gremio docente), y donde antes había un niño, rebozándose todo el día en la arena de la playa, ahora hay un padre viendo a sus hijas descubrir entusiasmadas el agua de la piscina. Playa, de momento, poca.

Ya no me afecta tanto como de niño el final del verano, a pesar de seguir siendo mi estación preferida, y el otoño viene cargadito como para, al menos, recibirlo expectante.

Como principal novedad del otoño aparecen mis dos niñas. La cría en cautividad del cachorro humano se ha revelado como una actividad compleja pero apasionante y este otoño-invierno promete grandes acontecimientos: primeros pasos, primeras palabras...
Por supuesto no dejaremos de lado los entrenamiento y las carreras. El verano se ha dado bien pero ahora llega la hora de la verdad. En noviembre y febrero esperan los dos grandes objetivos de la temporada. Ya daré mas detalles.
Y por último la parte negativa, lo de siempre, el trabajo. Hay rumores de que la empresa prepara un ERE para este otoño, el tercero en un año. Creo que estamos tratando de batir un record. Ellos lo niegan, por supuesto, pero también negaron los dos anteriores así que su credibilidad está seriamente tocada.
Con todo esto creo que tengo temas para unas cuantas entradas.

jueves, 20 de agosto de 2009

Seven Waters


Que el corredor popular es un ser con claras tendencias masoquistas es una verdad irrefutable, sin lugar a dudas. Cuando alguno, metido hasta las trancas en la vorágine atlética, empieza a dominar las distancias cortas siempre piensa en ir aumentando el kilometraje. Por supuesto, la última parada, el final de trayecto, es el maratón. ¿Si se puede sufrir durante más de tres horas, o cuatro, porque hacerlo menos?

Otra prueba confirmatoria de esta teoría se da en el Gran Fondo Internacional de Siete Aguas. En la Comunidad Valenciana menudean, a lo largo del verano, las carreras populares. La mayoría de ellas se desarrollan en distancias de 8 kms, aproximadamente, en circuitos llanos. El 90% de las poblaciones de la comunidad son llanas. Sin embargo, para la mayoría de los corredores el gran objetivo del verano está en Siete Aguas. Allí se desarrolla una carrera de algo más de 15 km en un circuito inhumano de subidas y bajadas con pendientes de hasta el 24% de desnivel y acompañado, habitualmente, de un insoportable calor. Creo que Dante trató de reflejarlo en la Divina Comedia pero al final lo desechó por ser demasiado cruel.

Con todas estas consideraciones previas resulta obvio que no pudimos desoír la llamada de la Naturaleza y acudimos a nuestra cita anual, una de ellas, con el sufrimiento y el dolor. ¡Qué divertido es esto de correr!

Muchos menos Climaturios que otros años en la linea de salida esta edición. En anteriores citas habíamos llegado a presentar equipos de entre 10 y 12 representantes, pero esta vez la cosa quedó en 6 valientes.
Acudimos desde la costa el máquina Gustavo y un servidor. Mi objetivo, bajar de 1:15. El suyo, salir a rodar a tope pero tranquilo. Lo de "a tope pero tranquilo" no se si definirlo como un oximoron, una incongruencia o una vacilada. Lo dejo al gusto del consumidor. Una vez en Siete Aguas nos encontramos con Vicente y Ramón, que llevaban similar objetivo que Gustavo, Ignacio, con el mismo que yo y Jose Mª, sin objetivos conocidos.
Tras la recogida de dorsales y el calentamiento y oraciones oportunas nos pusimos en posición para la salida. El problema de acudir a estas citas con la élite del equipo es que te hacen estar en linea de salida 15 minutos antes para coger sitio. Eso sí, lo cogimos.
Pistoletazo y para allá que nos vamos. La carrera, como ya he dicho, es una sucesión constante de subidas brutales, que te machacan las piernas, y bajadas alocadas que, por increíble que parezca, son igual de dolorosas, o más, que las subidas. Particularmente empecé la carrera con buen ritmo, encontrándome bastante cómodo hasta el km 9 aproximadamente. Ahí empecé a sentirme muy justo de fuerzas y me dediqué a conservar el margen de tiempo que había ganado sobre mi objetivo. Al final resultará que voy aprendiendo y ya no corro como un pollo sin cabeza.
Finalmente llegué a meta con un tiempo de 1:13:30, cumpliendo así con mi objetivo. El resto del equipo también cumplió así que todos nos fuimos a casa, como se suele decir, cansados pero contentos.

Ahora podría decir que la carrera es tan dura que no pienso volver pero sería una tontería. Salvo sorpresa mayúscula allí estaré el año que viene en la linea de salida, mirando de reojo a la subida de la urbanización, y preguntándome, como cada año, ¿Quien me manda a mi meterme en estos líos?.

PD: La jornada nos trajo la feliz noticia del podio conseguido por un impenitente climaturio en un pueblecito de Cuenca. Enhorabuena a los premiados. Espero que nos cuentes qué se ve desde ahí arriba.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Apretando

Enric era mi vecino. Pared con pared, como se suele decir. Tenía parálisis cerebral y vivía anclado a una silla de ruedas desde que nació, hace 13 años. El pasado 1 de agosto Enric murió. Desconozco las causas exactas pero asumo que su enfermedad tenía consecuencias aparte de las obviamente visibles.
Me enteré una semana tarde. Me encontré por casualidad con su madre que me lo dijo. Estaba entera, pero su cara reflejaba las lágrimas que había derramado. Hace apenas un año no habría sido capaz más que de tratar de imaginar el dolor que siente. Ahora puedo imaginarme en su lugar y, solo haciéndolo, siento un tremendo vacío en el estomago.
Me preguntó por mi hijas y yo, que en cualquier otro momento hubiera ejercido de orgulloso padre mostrando fotos y explicando avances, sorteé la cuestión con rapidez casi avergonzado de mostrarle mi felicidad en estos momentos de dolor para ella.
Al menos un consuelo dijo tener, si así se puede considerar. Se sentía reconfortada de saber que su hijo se iba a reunir, allá donde fuera, con su padre y su hermana. Yo conocía su condición de viuda pero no que ya hubiera perdido una hija con anterioridad. En apenas 40 años ella ha pasado más momentos dolorosos que muchos en toda una vida.
Dice la sabiduría popular creyente que Dios aprieta pero no ahoga. Me inclino por pensar, parafraseando al dúo Gomaespuma que Dios, cuando aprieta, ahoga pero bien.

viernes, 3 de julio de 2009

¡Vacaciones!


Imagina que estás corriendo un maratón. Para los que lo hayan corrido alguna vez no será difícil rememorar las sensaciones, los que no lo hayan hecho nunca pueden imaginar cualquier cosa con tal de que resulte extenuante y agónico. Imagínate corriendo, decía. Vas llegando al kilómetro 38, o eso crees. Estás muerto, hundido, deshidratado, el tío del mazo te ha dado bien y cada paso es un suplicio. Solo te consuela la proximidad de la meta, el fin de la tortura. A lo lejos ves el cartel que indica el punto kilométrico. Te vas acercando intentando fijar la vista en los números, cuestión difícil ya que el cansancio y el sudor que cae por tu frente lo impiden. Por fin fijas la mirada y, ¡horror!, no es el 38 sino el 36. Te quieres morir, pero de verdad. Esta es la sensación que busco explicar y no se me ha ocurrido mejor forma.

Esta semana he estado a punto de tener que retrasar mis vacaciones 15 días. No parece mucho, pero cuando llegas a este punto tan hastiado del trabajo, y de todo lo que lo rodea, cualquier prorroga parece un mundo. Finalmente la sangre no ha llegado al rió y me voy de vacaciones, hoy mismo. Como se dice vulgarmente: me huele el culo a playa.

Serán solo dos semanas pero qué ganas tengo de que empiecen. Van a ser 15 días de cuidado de gemelas en sesión continua y solo. Miedo me da. Siempre queda la opción de apretar el botón del pánico y esperar que mi suegra venga al rescate. Espero que no haga falta.
También habrá tiempo de entrenar un poquito, a horas intempestivas, incluyendo un entrenamiento/cena con todo el equipo en La Vallesa. Incluso puede que, si logro cuadrar los horarios, me anime a correr alguna carrerita popular.

No estaré en casa estos días y no pienso aproximarme a un radio de 25 km de la oficina así que, por falta de conexión, este blog quedará abandonado un par de semanas. No creo que pueda ni siquiera contestar los miles de comentarios que, sin duda, esta entrada generará. No obstante podéis pasaros por aquí cuando queráis a comprobar que todo sigue bien y, si os apetece, regarme las plantas y recogerme el correo.

Para los que, como yo, empiezan sus vacaciones: enhorabuena y disfrutad. Para los que aún tendrán que esperar: paciencia, todo llega.

Nos vemos a la vuelta cuando, seguramente, os hablaré del Dúo Dinámico.

Para terminar, y sin que venga a cuento, me gustaría contaros que esta mañana he salido a correr, tempranito, por las afueras de mi ciudad, entre casas de campo y naranjos. Habré estado cerca de una hora y, por primera vez en una larga temporada, no he tenido ninguna molestia en el pie. Era tan pronto que, cuando llevaba cerca de veinte minutos corriendo, he visto amanecer. Debo decir, aun a riesgo de contradecir lo que expuse aquí una vez, que hay días en los que salir, simplemente, a correr por correr es una puta gozada.

martes, 23 de junio de 2009

La guerra de papá

El pasado domingo fue mi sexto aniversario de boda. Debería decir nuestro sexto aniversario de boda porque uno, de momento, no puede casarse solo. Resumiendo mucho diré que han sido cinco años y medio muy buenos con unos últimos seis meses exultantes. Duros pero increíbles.

Para conmemorar tan grato evento mi señora ha tenido a bien regalarme un bonito reloj, elegido por ella en persona, y servidor le ha correspondido con un elegante bolso elegido, por supuesto, por ella en persona. Así no hay error posible.

Hoy quiero centrarme en el reloj. Tengo bastante debilidad por ellos. Hasta donde me alcanza la memoria me recuerdo llevando o queriendo llevar uno. Y, ya en la actualidad, tengo varios, tanto digitales como analógicos, cuidadosamente guardados en sus cajas esperando el momento de ser utilizados. Lo curioso del caso es que mi padre, al que se supone que debo parecerme, se ha vanagloriado toda su vida de no haber llevado jamás un reloj y, a pesar de ello, no haber llegado tarde nunca. Puedo dar fe de lo primero y lo segundo, por falta de testimonios en contra, lo daremos por bueno.

Tirando de este hilo voy a filosofar: ¿Elegimos en qué vamos a parecernos a nuestros padres y en qué nos diferenciaremos? ¿Tomamos algunas decisiones en nuestra vida no ya por no parecernos sino, incluso, por diferenciarnos de ellos? ¿Que copiarán de nosotros nuestros hijos?. Quien quiera que conteste.
En mi opinión elegimos en qué nos diferenciaremos, por ser ésta una actitud consciente, pero no en qué nos pareceremos. Al cabo de los años te sorprendes a ti mismo repitiendo gestos o actitudes de tu padre y no queda mas remedio que sonreír ante lo inevitable.
La segunda pregunta es más compleja. A veces por tratar de no repetir errores ajenos cometemos otros mayores. Un padre (y una madre) es como un ser superior a ojos de un hijo, como Florentino Pérez pero sin traje ni dinero. Probablemente uno de los días más triste en nuestra vida fue aquel en el que descubrimos que nuestros padres no eran perfectos, no tenían respuesta para todo ni fuerza infinita. Otro día gris será aquel en el cual nuestros hijos hagan el mismo descubrimiento.
La tercera pregunta, por suerte o por desgracia, no tiene respuesta.

De momento puedo decir que he heredado de mi padre a Serrat y Sabina, aunque he desechado la Zarzuela. Me he quedado con la afición por el deporte aunque en lugar de verlo en el sofá prefiero practicarlo. Por supuesto, me he negado al tabaco. Tenemos similares conceptos de la política y la religión aunque él es bastante mas vehemente que yo defendiéndolos. Y creo que, por encima de todo, he heredado una visión positiva de la vida que con lo que nos ha llovido, sobretodo a él, no es poco.

domingo, 21 de junio de 2009

Estaba de parranda

(Iba a titularlo "No estaba muerto" pero me pareció excesivo)
Es curioso esto del blog. Cuanto más escribes, más ganas tienes de escribir, más ideas te surgen. Al contrario sucede igual. Si desconectas durante unos días los temas se alejan, las ideas desaparecen y las ganas se esfuman. Tal vez sea algo generalizado o, tal vez, un efecto de mi personalidad inconstante. En cualquier caso nadie puede decir que no estaba advertido.
Por unas causas o por otras me he tirado cerca de veinte días sin actualizar y si al final lo he hecho ha sido con gran esfuerzo por mi parte. No pidáis, además, originalidad y frescura en la entrada.
Durante este tiempo han sido diversas las situaciones y experiencias que, en otro momento, hubieran merecido una entrada pero, al final, las he dejado perder. No hace mucho he sido amenazado, junto al resto de mis compañeros de trabajo, por un internauta anónimo que, posteriormente, cumplió su amenaza. También durante estos días he leído un magnifico libro que me tuvo totalmente desasosegado durante días y que ahora, una vez concluido, no logro quitarme de la cabeza. Pienso recuperar estos y otros temas durante las dos próximas semanas, que se preven frenéticas, para posteriormente disfrutar de unas muy merecidas vacaciones, blog incluido.
Se me ocurre, así sobre la marcha y para terminar, que tal vez sea astenia primaveral esto que me pasa. Si no fuera porque estamos ya en verano la explicación sería cojonuda.

jueves, 4 de junio de 2009

Angeles y Demonios

Hace días que vengo pensando en escribir una entrada sobre Florentino Pérez pero, la verdad, no me apetece nada. Bueno, más que no apetecerme me da una terrible pereza.

No tenía yo muchas ganas de que volviera a ser presidente del Real Madrid, segundas partes nunca fueron buenas, pero mucho menos de que la elección fuera así, sin oposición, entre la aclamación de sus fieles discípulos y la adulación hasta la nausea de la prensa, tanto la deportiva como la generalista. No tengo claro si hemos asistido a una elección o a un advenimiento.

Y a pesar de todo no voy a empezar a criticarlo. Aun no. Le daré los cien días de rigor que como, además, coinciden con el periodo de fichajes servirán para ver qué jugadores nos trae. Lo único que no creo que pueda soportar es que fiche al impresentable de Cristiano Ronaldo. Con semejante niñato malcriado va a ser normal que nos sigan odiando en todos los campos de primera división. Esperemos que haya aprendido de los errores del pasado. Ya iremos viendo.

Hay otro aspecto del club que me preocupa mucho más. Mucho es poco, muchísimo más. Existe un ser oscuro, pérfido, maligno, haciendo tiempo para ser presidente del Real Madrid. De momento no cuenta con la antigüedad mínima necesaria como socio del club pero la alcanzará y, cuando lo haga, se lanzará a por la poltrona. Si, llegado ese día, él logra su objetivo, yo me borro. Juro por Dios que me borro.

martes, 2 de junio de 2009

El valor de una misa

Anda el personal revuelto con la eliminación de Rafa Nadal en Roland Garros. Nadie en su sano juicio hubiera pensado que le iba a mandar para casa un sueco en octavos de final, pero así ha sido y tiempo y expertos habrá que expliquen mejor que yo las causas y consecuencias de la debacle parisina. Por mi parte solo puedo decir que me sabe mal. El chico me cae bien y hubiera preferido que ganara pero como no creo que el tema le quite el sueño, más allá de un par de días, pues a mi tampoco.
Lo que parece que coleará durante un poco más de tiempo es la actitud que han tomado los franceses hacia él. Por lo visto a nuestros queridos vecinos empezaba a tocarles la moral que un español ganara cinco veces seguidas su torneo, más teniendo en cuenta que eran sus cinco primeras participaciones, y se encargaron de mostrar, sin disimulos, su ánimo incondicional al rival de Rafa y su alegría cuando se consumó la derrota.
Ejerceré, por un momento, de abogado del diablo para decir que, por un lado, no creo que todos los franceses desearan la derrota de Nadal y, por otro que tampoco creo que todos los presentes en las gradas fueran franceses. Supongo, además, que algo de intento de apoyo al débil habrá habido. Supongo.
Tras este paréntesis, leña al mono.
No hablaré como experto porque solo he estado una vez en París pero en el fondo, y desde mi humilde experiencia, no me extraña para nada la actitud de, pongamos por ser generosos, una parte del público francés.
Anduvimos por allí mi mujer y yo hará justo un año, se estaba celebrando la segunda semana de Roland Garros en aquellos momentos. Debo decir que, como ciudad, París es, sin duda, la más hermosa de las capitales que he visitado. Me falta visitar muchas, Londres entre otras, pero dudo que ninguna la supere. Cualquier calle, plaza, parque o avenida tiene algo que las hace inconfundible, algo que hace que dar un simple paseo sea una experiencia única. Todo eso sin contar con que desde casi cualquier punto de la ciudad puedes admirar la grandiosa Torre Eiffel. Si cabe la posibilidad de que una persona se enamore de un objeto, reconozco que a mi me sucedió con ella.
Pero claro, nadie es perfecto. París tiene un único pero gran defecto: los parisinos. Parece mentira que una ciudad que recibe al año a millones de turistas esté tan poco interesada en atenderlos correcta y educadamente.
En nuestro caso particular tuvimos algunos problemillas con el idioma. Uno puede llegar a entender que un camarero de hotel solo hable francés, a pesar de que en el hotel, y a groso modo, podía haber gente de cinco o seis nacionalidades diferentes. Pero bueno si no sabe, no sabe, ¿que se le va a hacer?. También puedes entender que el recepcionista hable solo inglés además del francés. Vale, es el idioma universal y como nos defendemos medianamente bien pues no pasa nada. El problema viene cuando, tras pasarte seis día hablando con el tipo en ingles, afrancesado el suyo y españolizado el nuestro, el tipo se despide de ti el último día en perfecto castellano. Vamos, que te da por pensar que, o bien su padre, o bien alguno de los señores que se tiraban a su madre, provenía de este lado de los Pirineos.
No os contaré nada del transporte aeropuerto-hotel-aeropuerto porque merece una entrada ad hoc.
Dicho todo lo anterior reitero, una vez más, mi admiración por la ciudad de París y me reafirmo en mi idea de volver en cuanto pueda e, incluso, si se diera la ocasión, irme para allá a vivir y convertirme en un parisino más. Chovinista, malcarado y cabrón.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Aquellos maravillosos años

Recuperaré hoy un episodio de mi infancia convencido de que los hechos que reflejaré han prescrito. Si no fuera así os ruego encarecidamente, querido público, que no aviséis a la policía.


Debía correr, aproximadamente, el año 1988 y yo contaría con 11 o 12 años. Por aquel entonces solía participar los sábados por la mañana, con mis compañeros del colegio, en una liga local de fútbol sala y tras los partidos nos dedicábamos a vagabundear por el pueblo hasta la hora de la comida.

Uno de nuestros objetivos preferidos era una casa abandonada, rodeada de naranjos, a la que llamábamos, en un alarde de originalidad, "La casa Monster". Solíamos comer algunas naranjas y curioseábamos por el exterior de la casa.

Un sábado andábamos por allí Pablito (nombre ficticio), Pedrito (nombre real) y un servidor curioseando cuando nos dimos cuenta de que uno de los balcones del primer piso estaba abierto y que, justo bajo él, había un contenedor de escombros. En nuestras tiernas mentes aquello constituía una oportunidad única y la aprovechamos. Nos encaramamos al contenedor, trepamos como pudimos al balcón y nos colamos en la casa.

Dentro, en el primer piso, nos encontramos con un panorama fascinante. El suelo estaba repleto de libros desparramados, libretas de colegio de muchísimos años atrás y cosas similares. Como tres voyeurs profesionales estuvimos largo rato cotilleando hasta que oímos llegar un coche y pusimos pies en polvorosa. El dueño de la casa casi nos pilla, y nos llevamos un susto tremendo. Nos separamos en la huida y yo, particularmente, no paré de correr hasta llegar a casa.

El lunes en el colegio comentamos la jugada. Pablito hizo como yo y no paró hasta casa pero a Pedrito, que había perdido un zapato, le pilló el dueño:


- ¿Que te hizo?

- Nada, me preguntó el nombre.

- ¿Se lo dijiste?

- No, me inventé uno.

- Y, ¿ya está?

- Si, ya está.


La noticia corrió por el colegio, tuvimos nuestros cinco minutos de gloria, y quisimos repetir.
El sábado siguiente volvimos allí Manolito (otro nombre inventado) y yo. El balcón estaba cerrado pero pensamos que podríamos forzarlo así que trepamos hasta él. Nada más llegar arriba nos dimos cuenta de que el dueño estaba en la casa y que nos había visto. No era el mismo hombre de la semana anterior y nos gritó que bajáramos o llamaba a la policía. Bajamos.


- ¿Como os llamáis?

- Yo soy Manolito

- ¿Y tú?

- Yo soy Garraty

- !Coño Garraty¡. Tú eres el que pilló mi padre la semana pasada.


Me quedé pálido.

Nos preguntó qué hacíamos allí y le dijimos que habíamos oído la historia de lo que escondía el primer piso de la casa. Nos dijo que allí no había nada. Nosotros, en un alarde de inteligencia, no le replicamos aunque sabíamos que mentía.

Nos dijo que había llamado a la policía y que no nos iba a dejar ir hasta que llegara. No recuerdo si llegamos a llorar, probablemente sí, el caso es que, tras casi una hora de "secuestro", se ablandó y nos dejó marchar.


Al lunes siguiente, como comprenderéis, Pedrito y yo tuvimos unas palabras a la hora del recreo.

domingo, 24 de mayo de 2009

El tendón de Brad Pitt


Aquiles fue un héroe de la mitología griega veloz, bello, gran luchador y, según algunas fuentes, algo modosito (wikipedia dixit). El 90% de la humanidad le ponemos a este señor un rostro claramente identificable, el de Brad Pitt, así que yo, ahora, cada vez que me duele la parte posterior del tobillo, no me acuerdo de Aquiles, me acuerdo de Brad Pitt.
Ah Brad Pitt, ese hombre, con esa mujer, aunque a mí particularmente me gustaba más la anterior, y con esa jauría de niños, que parece un Borbón por el ansia de procrear que tiene el tío. Menos mal que a los suyos no los mantenemos.
En fin, a lo que íbamos, que me he lesionado. No es una lesión propiamente en el tendón de Aquiles, más bien es en el flexor del dedo gordo del pie. Lo que pasa es que el dolor se refleja en el otro tendón y, además, el flexor no daba para hacer una introducción con Brad Pitt.
Según mi fisio de cabecera, hombre cabal aunque valencian¡sta, la lesión no es grave y se cura con un poco de reposo, hielo y antiinflamatorios. Probablemente tenga que cambiar también de zapatillas ya que las actuales, tal vez demasiado ligeras, pueden estar en la raíz del problema.
Afortunadamente he acudido a un fisio y no a un médico, hace tiempo que dejé de ir para temas relacionados con correr. Me imagino diciéndole al señor doctor que me duele ligeramente el talón cuando corro mas de una hora a cierta velocidad e intuyo su respuesta: pues no corras. Vamos, lo mismito que le diría Hipócrates a Brad Pitt si le viene con que le duele el hombro al levantar la espada. No luches, haz punto de cruz.
Con todo esto, aquí empiezan mis vacaciones atléticas. Descansaré unos días y espero poder empezar a rodar el mes que viene con vistas a llegar bien a Siete Aguas (este año en domingo) y a los objetivos del próximo otoño-invierno. Ya veremos.

Para terminar, una duda: ¿Qué tendrá que dolerle a Brad Pitt para que se acuerde de mi?

lunes, 18 de mayo de 2009

No habrá dudas ni resabios

Ha fallecido Mario Benedetti. Tenía 88 años, así que no puede calificarse su muerte de sorpresa, pero a mi me ha pillado ésta mañana a traición, con la guardia baja, y me ha amargado el desayuno. Me ha dado mucha pena.

Nunca fui un gran lector de poesía, de hecho hace tiempo que no he leído nada de este género. Pero hubo una época en la que sí lo hacía y ésta época empezó con él. Luego llegaron Lorca, Neruda o Machado, pero el principio de todo fue Benedetti. Supongo que en esto, como en otras cosas, la primera vez no se olvida.

Llegué a él de la mano de S.,un compañero de piso en mis años de facultad, que me acercó a gente como Lou Reed o Silvio Rodríguez, en la música, y a Benedetti, en la literatura. Solo por estas aportaciones debo decir que fue una suerte conocerle.

No recuerdo quién dijo, tampoco recuerdo la cita exacta, que la poesía no pertenece a quién la escribe sino a quién la necesita o la utiliza y yo he utilizado al señor Benedetti en numerosas ocasiones. Una de las primeras cosas que le regalé a mi mujer, cuando empezábamos a conocernos, fue uno de sus libros y varios de los regalos que, con los años nos hemos ido intercambiando han llevado alguno de sus versos grabados.

Esta mañana he pasado por la estantería donde guardo mis libros a comprobar el ejemplar de "Inventario uno" que tengo. Le he echado un vistazo rápido, buscando mis poemas preferidos, y nos hemos citado para una de estas noches, cuando yo tenga un rato libre, entre pañales y biberones. Recordaremos viejos tiempos, buenos tiempos.

Señor Benedetti, Mario, fue un placer.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Muerta la noticia, se acabó la gripe (revisado)

Luego diremos que nuestros políticos no sirven para nada y ahí los tenemos, luchando por la salud mundial. No serán capaces de sacarnos de la crisis pero los dos juntos, Rajoy y Zapatero, Zapatero y Rajoy (tanto monta ...) han acabado ellos solitos con la gripe mejicana. La última pandemia, que amenazaba con aniquilar a toda la población mundial y parte del extranjero, ha terminado. Y todo ello solo con la celebración del tostón éste del debate sobre el estado de la nación. No es que ya no salga en las portadas, es que ha desaparecido totalmente de los periódicos. Y digo yo que si ya no sale es que ha terminado ¿no?. No creo que los periódicos dejen de hacerse eco del hecho solo porque crean que el tirón mediatico está agotado ¿verdad?.
Fuera de bromas, parece que ésta tampoco va a ser la plaga que acabe con la humanidad. Una vez comprobado ésto convendría recordar, aún a riesgo de parecer demagogo, que hay otras enfermedades que matan a mucha más gente que este virus. La diferencia es que estos otros males se ceban con países subdesarrollados donde mueren por miles a causa de enfermedades totalmente erradicadas en nuestro confortable primer mundo.
Me gustaría saber qué piensa un niño africano, que ve morir a su alrededor gente a diario, cuando ve a un individuo totalmente sano bajar de un avión en Nueva York o Madrid con la cara tapada por una mascarilla. Debe ser algo parecido a "¡menudo gilipollas!".

PD.: La final de la copa del rey también ha contribuido a la erradicación de la enfermedad. Otro punto para Guardiola.

PD2: Entre las enfermedades que se ceban con los paises pobres, sobretodo en Africa, está el SIDA. A ello contribuyen de manera desinteresada el Sr. Ratzinger y sus colegas con sus gilipolleces acerca del uso de los preservativos. ¿Será consciente este tipo de la cantidad de gente que ha condenado a muerte con una sola frase?. En fin, tenía que decirlo.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Veinte años no es nada ( y nueve menos)

Esta semana he cumplido nueve años en la empresa. Nueve años, ahí es nada. Haciendo cálculos estúpidos me sale que he consumido el 27% de mi vida en este antro (el 81% de mi vida laboral). Respiraré hondo para alejar de mi mente la idea del suicidio.
Vale ya me he repuesto, continúo. Desde que yo llegué a la empresa pueden haber pasado por ella cerca de 50 empleados de los que 45 ya no están. Sólo dos personas en este momento tienen más antigüedad que yo, y sólo por unos meses. Este último es un dato idiota pero viste mucho. Todo esto lo comento para reflejar una característica de mi sector, la construcción, que es, más bien era, la elevada volatilidad de los trabajadores. Nadie aguantaba en su puesto de trabajo si recibía una oferta mejor. Si pensáis que yo nunca tuve una oferta mejor, acertáis. Esto era así hasta que los cielos se abrieron y estalló la burbuja inmobiliaria y el Apocalipsis sobrevino sobre los incautos directivos de las empresas inmobiliarias que pensaban que la gallina jamás dejaría de poner huevos de oro.
Cuando ves llegar y marcharse tanta gente vas cogiéndole el tranquillo al asunto y te acostumbras. A unos les echas más de menos que a otros, pero se lleva bien. Sucede como en la vida, mucha gente que conoces, por ley de vida, va desapareciendo y así, poco a poco, no es tan duro el golpe.
Y entonces surge el ERE.
Un ERE es como una catástrofe natural, un tsunami o un terremoto, que, de repente, sega mas vidas (puestos de trabajo) de lo que estás acostumbrado a soportar de una sola vez. Por lo visto, en alguna oscura oficina de Madrid, algún ejecutivo masterizado ha pensado que el problema de la empresa son los trabajadores, el terremoto que se lleva por delante a estos trabajadores tiene el epicentro en el despacho de este cabrón. El y yo sabemos que lo único que pretende es salvar su propio culo, al menos hasta que amaine el temporal, que en la calle hace mucho frío.
En los últimos diez meses llevo dos terremotos, espero que no les de por visitarme a Berlusconi o al Papa, solo me faltaba eso.
PD: Aprovechando el tema. ¿Alguien podría darme un motivo, solo uno, para no fusilar al amanecer a todos aquellos que han cursado, están cursando o piensan algún día cursar un MBA?. Solo Dios sabe el daño que ha hecho esta gente.

sábado, 25 de abril de 2009

En el espejo

Castellón. Año 1994. Primavera. Una hora indeterminada, entre las cinco y las ocho de la tarde, en un aula de la Facultad de Empresariales.
Cerca de cincuenta alumnos atienden, atendemos, a la explicación de un desmotivado profesor. Creo recordar que era la clase de Contabilidad, o tal vez fuera Historia, lo mismo da. Yo ocupo mi sitio en una de las últimas filas de la clase.
En mitad de la explicación una de las puertas se abre y entra en el aula un joven. Como suele suceder en estos casos toda la gente mira al recién llegado, acto seguido la práctica totalidad de la clase se gira hacia mí. Yo continúo mirando al nuevo, sorprendido y algo avergonzado por este protagonismo no deseado. Unos segundos después el chaval da media vuelta y se va por donde ha venido. Yo me quedo allí, pasmado, viendo como se cierra la puerta tras él.
Dicen que, en algún lugar del mundo, todos tenemos un doble idéntico. Aquella tarde, en aquella aula, el mío vino a verme.

miércoles, 22 de abril de 2009

Las chicas son guerreras


(Puede que me haya quedado un poco machista. Ha sido sin querer, nada más lejos de mi intención.)

Tuve hace tiempo una compañera que dio sus primeros pasos en la empresa como becaria, posteriormente llegó a jefa de producción.

Se presentó en mi oficina una mañana a principios de verano con el entusiasmo que solo puede irradiar un recién licenciado. Ese ardor, esas ganas de comerse el mundo, en fin, la juventud, divino tesoro.

Llegó, decía, y, tras ponerse al día del funcionamiento de la oficina y una breve entrevista con la jefa de obra, se marcho hacia la obra con la misión de controlar de primera mano los trabajos que allí se efectuaban, supervisando a los encargados de obra.

Al cabo de menos de dos horas ya había llamado el encargado de obra diciendo que si aquella chiquilla volvía a pisar la obra él se iba. Lo que se dice entrar por la puerta grande.

Dejando a un lado el talante poco dado a las supervisiones de los encargados, diría que mi compañera era, y supongo que sigue siendo, de esas mujeres que, para contrarrestar un posible rechazo machista o para evitar posibles acusaciones de debilidad femenina en un ambiente eminentemente masculino, entran mordiendo a todas partes, sobretodo en el ámbito laboral. Podríamos llamarlo agresividad preventiva.

En un momento puntual hará unos años, y excluyendo a los encargados de obra, todos mis compañeros de trabajo eran mujeres, ocho para mí solo en una caseta de obra. El ambiente de trabajo era irrespirable. Se habían creado dos grupos enfrentados entre sí con algunos individuos neutrales, yo entre ellos, y la tensión se mascaba a diario. Las asociaciones feministas se quejan, a menudo con razón, del trato que reciben las mujeres por parte de los hombres en los centros de trabajo pero alguna vez deberían fijarse en el trato que se dispensan las mujeres entre sí. Es como una especie de imitación de la película “Los inmortales”: solo puede quedar una.

Cuando, tras unos meses, se contrató un ayudante de jefe de obra, un hombre, os aseguró que lo recibí como si un hermano volviera de la guerra, casi con lágrimas en los ojos, y eso que ni siquiera le gustaba el fútbol.

martes, 14 de abril de 2009

Padrí Pollós

Pues llegó el famoso día. Y pasó. Y lo disfrutamos, sobretodo la comida. Y bien está lo que bien acaba. Y no vuelvo a pisar una iglesia, por lo menos hasta que lo diga mi mujer.

No fue tan grave, incluso fue divertida la misa, y pronto olvidaré las cosas que no me gustaron y me quedaré solo con lo bueno Sentaros que os lo cuento.

Veinte personas en una iglesia en la que caben cerca de mil y ocupamos doce bancos, empezamos bien.

El cura que parece que está siguiendo un guión de los Monty Python. Lo mismo riñe a mi suegra por traerse el agua de casa (del rió Jordán, ojito) que se pone a farfullar ante el micrófono y no lo entiende ni el Tato, todos mirándose con cara de poker y a mi entrándome la risa floja.

Para continuar se lía a pedir la intercesión de todos los santos, uno por uno, y cuando lleva cerca de quince yo ya no puedo aguantarme y empiezo a descojonarme por lo bajo ante las miradas asesinas de mi mujer. Juro que tengo una herida en el labio de los mordiscos que me di para tratar de no reírme.

Tuvo tiempo el amigo, durante el sermón, de acordarse de Zapatero y de los moros que viven en España, pidiendo su inmediata expulsión. “Ellos vienen en patera pero nosotros saldremos nadando” fueron sus palabras textuales. Digno de España 2000 o Fuerza Nueva. Aquí mi mujer me miraba suplicándome para que no le contestara y no lo hice, esto compensa lo anterior, pero no creo yo que el bautizo de mis hijas sea el momento de andar lanzando soflamas xenófobas.

Como colofón al hombre no se le ocurre otra cosa que hacernos volver junto a la pila bautismal porque considera que el fotógrafo no estaba en el ángulo idóneo para hacer las fotos. Encima, como no iba a bautizarlas dos veces, pues todos posando como si estuviésemos en el momento en cuestión. Puro surrealismo.

Menos mal que de ahí pasamos a la comida donde disfruté bastante de la conversación con mi padre y, sobretodo, con mi primo que me comentó que está organizando un concierto de Seguridad Social para Junio y, no sé si lo sabréis, pero yo he cantado “Chiquilla” en todos los garitos a este lado del Rió Mississippi, incluido el banquete de mi boda. Así que, desde ya, me toca preparar el terreno para pedirme libre esa noche en casa y recordar viejos tiempos.

Huelga decir que, tras dos míseras copas, al día siguiente me levanté resacoso. Los años no perdonan.

En fin, una comilona más, un sacramento menos. La vida sigue.

PD: Voy a ser tío y padrino de una estrella del porno. Ayer me enseñaron la ecografía y lo que venga o es el trípode de un fotógrafo o el chaval está tan bien dotado como su tío (mi hermano, por supuesto, no yo).


viernes, 10 de abril de 2009

Batallas perdidas

Dicen que un hombre debe saber escoger las batallas que libra. Supongo que será para ganar el mayor número de ellas o para no mojarse si no es con una victoria segura en el horizonte. Lo supongo, digo.

Mi última refriega todavía está reciente. Esta vez el enemigo era poderoso. Avanzaba lenta pero inexoráblemente sobre el campo de batalla. Sabedor de su superioridad y de que, cuando ésta es tan amplia, cualquier sacrificio es lastimoso por innecesario. Tal era mi inferioridad, tanto en numero como en preparación, que mi rival, mas que atacarme, me ha ignorado. Con lo que eso duele.

Esta vez, como tantas otras veces, he perdido. Finalmente, cautivo y desarmado, cedo ante el empuje de mi mujer, mi suegra, mi madre y demás marujeo de mis familias, la natural y la política.

Este fin de semana bautizamos a las niñas. Apúntate una Rouco, pero esto no quedará así. Pienso echarme al monte. Amén.

martes, 7 de abril de 2009

Al talego

Hoy me he levantado intransigente, intolerante. Pelín cabrón, vamos.
Hoy he pensado mandar a alguno al talego en plan "ahí te pudras". No dos años, ni cinco ni diez, sino hasta que a mi me dé la gana. Y da gracias que no me decido a proponer la guillotina en plaza pública como método de escarmiento. Ya os digo que hoy tengo el cabrón subido.
A bote pronto se me ocurren algunos voluntarios: taxistas y camioneros, por razones obvias; todos los presidentes de Real Madrid posteriores a Ramón Mendoza, particularmente uno pero es un tema personal entre él y yo (ya te pillaré otro día) o los padres de los niñatos a los que ahora les ha dado por ir enseñando el calzoncillo entero, con su culo y todo, por encima del pantalón. Todos estos me valdrían, digo, pero me centraré en otro tipo.
Nuestro protagonista de hoy será el guionista de los anuncios de CCC, los de la radio, particularmente los que tienen que ver con la construcción. Todos los anuncios de esta empresa me despiertan vergüenza ajena pero los de construcción me ponen de una mala leche brutal. Será porque es mi ámbito de trabajo y sé cómo está el percal.
Hay uno que me trae loco: un pipiolo, con voz de estar aún en edad de practicar contumazmente el onanismo, le comenta a otro que, gracias al curso en cuestión, le van a hacer encargado de obra en un santiamén, que se lo ha dicho su jefe. Pobre infeliz. Conozco cuadrillas de encofradores que desayunan pardillos de estos todos los días acompañados del tercer sol y sombra de la mañana; el mío sin hielo, chata.
El que escribe estos anuncios no ha visto una obra ni de lejos. No conoce la mezcla de seres que la pueblan, cada uno con su nacionalidad, su raza, su credo y sus historias. Aunque, en mi opinión, el obrero de la construcción ya constituye una raza en si misma (me extenderé sobre esto otro día, lo prometo).

Querido estudiante de CCC:
No es que quiera joderte la ilusión pero alguien te lo tenía que decir. Entre tú y un encargado de obra gordo y cincuentón, borracho, putero, jugador y que probablemente le robará a la empresa con las horas y los materiales (tu no lo harás porque no sabes) la empresa elegirá al otro, seguro. Entre otras cosas porque lleva más mili que el palo de la bandera y se las sabe todas, las buenas y las malas. Lo siento, chaval.
Así son las obras y así te las hemos contado.

jueves, 2 de abril de 2009

La gloria del 867

Una de las preguntas que más veces me han hecho los últimos años, sobretodo mi padre, es ¿Porqué corres?

Hay gente que, en estos casos, respondería que lo hacen por salud, bienestar, relajación, etc.…Yo no estoy en éste grupo. Respeto, e incluso admiro, a la gente que es capaz de salir a correr únicamente por el placer de correr. Yo lo hago, ocasionalmente, pero sé que a la larga terminaría dejándolo. No es suficiente.

Yo corro, habitualmente, porque tengo un objetivo y es ésta meta la que me motiva para salir a correr. Si no pensara en los días que me quedan para el maratón no sería capaz de levantarme a las 8 de la mañana, el día de Navidad, para salir a hacer unas series, imposible.

Esto lleva inevitablemente a la otra gran pregunta: ¿Por qué tanto esfuerzo para quedar en el puesto 867 de una carrera, llegando una hora después del ganador? Esta sí que es difícil de responder, mucho menos explicar, a alguien que nunca se ha situado en la línea de salida de un maratón.

La respuesta, en mi caso, está en la sensación de superación personal, siempre enfrentada a la posibilidad, presente y cercana, del fracaso.

Durante años he practicado infinidad de deportes y en todos ellos me ha jodido enormemente perder, desde pequeño. Lo mismo daba una pachanguita de fútbol sala que un partido oficial de baloncesto: si hay que jugar se juega, y nos divertimos, pero al final, si ganamos, mejor. En todos estos deportes el ganador estaba claro: el que más goles o puntos tuviera. No había lugar a la interpretación.

Hace unos años que dejé todos los deportes excepto la carrera a pie. No compensaban los dolores y las lesiones el ganar un partido de solteros contra casados. Y entonces, cuando me centré en las carreras, fue cuando descubrí al rival mas fuerte que jamás he tenido: yo mismo, y lo que es peor, yo mismo con un cronómetro. Por muy bien que me salga una carrera siempre habrá una vocecita en mi interior diciéndome que podría haber bajado el tiempo unos segundos.

En el mejor de los casos, si la carrera ha sido realmente excepcional, la vocecita aparecerá solo para marcar el objetivo del año siguiente: “Has estado bien, vale, disfruta, pero el año que viene hay que rebajarlo diez minutos. Ah!, y fulanito ha vuelto a ganarte, a ver si espabilas”. Y tu te quedas dándole vueltas al entrenamiento para el año que viene y a qué hará fulanito para acabar ganándote siempre.

El año siguiente, tras meses de sacrificio y entrenamiento, si logras alcanzar el objetivo establecido, es cuando aparece la sensación de superación, es cuando el corredor 867 alcanza su momento de gloria (particular, intransferible y rara vez comprendida). Es una sensación brutal, indescriptible, adictiva. Pero efímera. La voz interior siempre vuelve y marca nuevas metas.

Ahora ha vuelto y ha lanzado su reto: “Maratón de Valencia 2010, 3 horas y 15 minutos. ¿Te atreves?”

martes, 24 de marzo de 2009

Noches de Bohemia



Son las tres de la madrugada de una noche cualquiera. Pongamos que de ayer por la noche.
La niña de cuatro meses que duerme en una cuna junto a mi lado de la cama empieza a hacer ruidos y a mi se me hiela la sangre en las venas. No es que me preocupe por su estado, que también, me preocupo por si ya he terminado de dormir. Su hermana melliza, que duerme junto a su madre, sigue en silencio. Esto antes era justo al contrario, yo dormía junto a la que no hace ruidos, hasta que un día, después de una noche especialmente mala, mi mujer me soltó: "esta noche cambiamos para que yo pueda dormir y luego las volvemos a poner igual", y nunca más se supo. No es que me esté quejando, no, únicamente constato una realidad: mi mujer es más inteligente que yo.
Pero a lo que íbamos, la niña empieza a hacer ruidos. Como puedo despego un ojo y compruebo la hora en el despertador, no toca biberón, no es hambre. Como cualquier padre de hoy en día que se ha pasado todo el embarazo haciendo búsquedas en google no tengo ni puñetera idea de lo que le pasa a la criatura y ella está poniéndose cada vez más nerviosa. El siguiente paso es el berrinche, Dios no lo quiera.
En vista de mi ignorancia opto por la solución universal: el chupete. Así como los informáticos lo solucionan todo apagando y volviendo a arrancar, con los niños la solución al 90% de los problemas es encasquetarles el chupete. Por increíble que parezca funciona. Ignoro de que material mágico están fabricados pero mis hijas es ponérselo y caer como troncos.
Una vez trazado el plan hay que ponerlo en práctica. Intento alcanzar el chupete en la cuna desde mi posición de tendido supino, es decir, sin levantarme. Grave error. Al apoyarme en la cuna con balancín esta, que no tiene el pasador puesto se vence por mi peso provocando que la niña ruede y se dé con los barrotes de la misma (acolchados, eso si) profiriendo un agudo quejidito de lo más mono. Yo, en ese momento, hago lo que haría cualquier padre responsable: compruebo que mi mujer no se ha dado cuenta. Bien, sigue durmiendo, no lo ha notado, pero ha sido por los pelos, a ver si te fijas tío.
Proseguimos. A estas alturas ya he despegado los ojos del todo y me he sentado al borde de la cama. El problema es que con la luz apagada y la persiana bajada aquí no se ve una mierda, con perdón.
Finalmente decido guiarme por el tacto: una pierna, otra pierna, un pañal, una barriga y aquí, junto a la barriga, está el enganche de chupetero, bien. Sigo la cadenita hasta el chupete, ya eres mío.
Ahora viene la parte difícil: acertar con el chupete en la boca. Para darle más emoción al asunto mi hija, que ha adivinado mis intenciones y parece estar completamente de acuerdo, mueve la cabeza sin parar con la boca abierta tratando, a su vez, de cazar el chupete al vuelo. Es como jugar a ponerle la cola al burro pero con el bicho en movimiento. Finalmente, tras probar con un ojo, la nariz y la oreja derecha, opto por estarme quieto y dejar que sea ella la que lo pille. Dicho y hecho, con un grácil movimiento de cuello lo atrapa y comienza a succionarlo de forma que la hija pequeña de Los Simpson parece discreta a su lado. Inmediatamente noto que se tranquiliza y se duerme, se ha obrado el milagro.
Vuelvo a meterme en la cama y permanezco unos segundos con los ojos abiertos disfrutando del silencio, un bien escaso últimamente por aquí. Con un poco de suerte podré dormir tres o cuatro horas antes de que vuelvan a despertarse.

Son las tres y veinte de la madrugada de una noche cualquiera. Pongamos que de ayer por la noche.
La niña de cuatro meses que duerme en una cuna junto a mi lado de la cama ...

sábado, 21 de marzo de 2009

Empecemos por el principio

Hola, soy Garraty y he empezado un blog.

Aquí es donde vosotros deberíais gritar ¡te queremos Garraty!, en plan reunión de blogueros anónimos, para que eso me tranquilizara y me diera fuerzas para seguir adelante. Pero, como es poco probable que lo hagáis, me animaré yo solito y tiraré para delante, ya veremos lo que sale.

Como decía, he decidido crear un blog y he pensado que lo mejor para esta primera entrada será presentarme y presentarlo, lo que viene siendo "hacer los honores".

Como ya os he dicho, soy Garraty. No es que me llame así, evidentemente. Mi padre tiene mala leche, pero no tanta. El nombre está extraído de una novela de Richard Bachman (seudónimo de Stephen King) titulada "La larga marcha". Lectura muy recomendable, por cierto. Me gustó y decidí adoptar el nick. Cuando lo elegí hubiera valido cualquiera, pero ahora, con el tiempo, he descubierto que le he cogido cariño.

Luego está el título del blog: "El quinto goonie". Esto es, evidentemente, un humilde homenaje a la película de Steven Spielberg. Suelo decir que esta película marcó mi infancia y sigue siendo, a día de hoy, una de mis películas favoritas. Ocurre con las películas que vi de niño que años después, al repasarlas, no las encuentro igual de divertidas o emocionantes. Cosas de la edad, supongo. Pero Los Goonies son diferentes, siempre que la veo me gusta.
Podríais pensar que puestos a ser el quinto "algo" mejor ser el quinto beatle (opción que barajé, por cierto), pero es que ese puesto ya está muy disputado (Brian Epstein, Joaquín Luqui, Yoko Ono....etc) así que me decidí por lo otro. Así que a partir de ahora a Micki, Gordi, Data y Bocazas se une Garraty.

La temática del blog promete ser variadita. Habrá algo de deporte, libros, música, actualidad y puede que incluso, como dirían Tip y Coll, hable del gobierno, pero solo si me falla todo lo demás, lo prometo. Lo que no puedo prometer es regularidad, no iría con mi personalidad inconstante, espero que no lo tengáis en cuenta. En este momento se me agolpan en la cabeza las ideas para posibles entradas pero dudo que todas lleguen a buen puerto, puede que ninguna lo haga, ya se verá.

Espero que los que aquí entréis disfrutéis de lo que escriba y espero también que comentéis lo que aquí leáis, no solo el fondo sino también, y sobretodo, la forma. Creo que hay un escritor frustrado viviendo dentro de mí, el cual, por cierto, debe estar muy apretado ya que comparte habitáculo con un médico frustrado, un futbolista frustrado un maratoniano sub 3 horas camino de frustrarse y varios otros. Seguro que a él le viene bien cualquier crítica o consejo que se os ocurra.
De momento el único Yo que ha visto la luz del sol es el gris y aburrido contable, de él hablaremos poco.

Así que, como he dicho, espero vuestros comentarios por crueles que sean. Se agradecerán.