viernes, 10 de abril de 2009

Batallas perdidas

Dicen que un hombre debe saber escoger las batallas que libra. Supongo que será para ganar el mayor número de ellas o para no mojarse si no es con una victoria segura en el horizonte. Lo supongo, digo.

Mi última refriega todavía está reciente. Esta vez el enemigo era poderoso. Avanzaba lenta pero inexoráblemente sobre el campo de batalla. Sabedor de su superioridad y de que, cuando ésta es tan amplia, cualquier sacrificio es lastimoso por innecesario. Tal era mi inferioridad, tanto en numero como en preparación, que mi rival, mas que atacarme, me ha ignorado. Con lo que eso duele.

Esta vez, como tantas otras veces, he perdido. Finalmente, cautivo y desarmado, cedo ante el empuje de mi mujer, mi suegra, mi madre y demás marujeo de mis familias, la natural y la política.

Este fin de semana bautizamos a las niñas. Apúntate una Rouco, pero esto no quedará así. Pienso echarme al monte. Amén.

3 comentarios:

El Impenitente dijo...

¿Te casaste por la iglesia?

Ana y yo ni nos planteamos el no casarnos por la iglesia ni el no bautizar a nuestros hijos. No es que seamos religiosos ni tengamos firmes convicciones, simplemente es algo impensable, especialmente en su casa. En la mía dos de mis hermanos se casaron por lo civil y sus hijos no están bautizados, lo cual le causa a mi madre, sobre todo esto último, un dolor enorme. Mis hermanos que hagan lo que quieran, pero yo soy incapaz de hacer sufrir a mi madre.

Piensa que el hecho de estar bautizados no les hace mal a tus hijos. Esto lo digo como táctica para no cabrearte mucho.

Y en estos casos siempre se da la enhorabuena. Y se come bien.

Altosybajos dijo...

Con 46 años en el cuerpo y más de diez casado todavía me oigo por parte de mi suegra aquello de.....
Yo me voy a misa, no entiendo por qué no váis, allí no se aprende nada malo.
Esbozo una sonrisa y bajo la cabeza porque el día que responda acabará la felicidad que caracteriza la unión yerno-suegra.
Pecadores

GARRATY dijo...

Me casé por la iglesia por la misma razón que bautce a las niñas: por no discutir.
En el fondo mas que estar en contra me da igual. Aunque Ratzinger y Rouco me dan repelús cada vez que abren la boca.
Ya contaré la ceremonia de ayer, fue un descojone.